Relato: Saint Seyia - LA LEYENDA DE LAS SIETE ESPADAS

Capítulo I: La Batalla de los Dioses

Episodio 1: La Llegada de Zeus

En base de las escaleras que encaminan hacia las doce casas del santuario de Atenea se en-cuentran Shun, Hyoga, Ikki y Shiryu rodeando a Atenea quien tiene en su regazo la cabeza del caballero de Pegaso que murió a manos de Hades. –“Seiya, por favor no mueras.” De-cía Saori, mientras lágrimas brotaban de los ojos de todos los caballeros. Atenea le pedió a Shiryu que sacara la espada de Hades del cuerpo de Seiya para que ella pudiera curarlo; sin embargo el corazón de Seiya ya había dejado de latir y su alma se encontraba camino hacia la fuente dorada en el mundo de la muerte. Toda esperanza parecía desaparecer hasta que Shun dijo: –“En mi cuerpo todavía habitan vestigios del poder de Hades. Usándolos, pue-do llamar el alma de Seiya a su cuerpo, pero eres tú, Saori, quien tienes que curarlo.” Saori aceptó y así se hizo. Entonces Shun abrazó a Seiya e hizo arder su cosmos. El esfuerzo de invocar los poderes del dios de los muertos dejó a Andrómeda en un coma peor que el ocu-rrido la vez que reanimó al cisne en la casa de libra. –“Pobre Shun,” decía Hyoga. “ha sufrido más al intentar salvarnos que en todas las batallas.” Entonces Ikki tomó la palabra. –“Hermano mío, tienes que ser fuerte. Estás haciendo lo correcto.” Seiya abrió los ojos y descubrió a sus amigos rodeándolo. –“Amigos, ¿qué pasa?” Preguntó Pegaso. Al intentar reincorporase, Seiya sintió el cuerpo de Shun sobre el suyo y asustado preguntó lo que ocu-rría. –“Shun ha llamado a los poderes de Hades para traerte de vuelta, pero el costo ha si-do...” Respondió Atenea. Pegaso se reincorporó y usando su mano izquierda intentó des-pertar a Andrómeda mientras decía: -“No... no puede ser que Shun haya tenido que dar su vida por mí. Shun ¡Despierta amigo! Por favor despierta. Atenea, tienes que salvarlo.” -“Tranquilo Seiya,” respondió Fénix. “solo está inconsciente.”
Un trueno que golpeó la sala del gran patriarca interrumpió la reunión entre amigos. En-tonces se escuchó una voz grave que rompiendo el silencio del asombro decía: –“Habitantes del Olimpo ocupen ahora su lugar para el duelo de los dioses y no permitan que nadie interfiera con la profecía.” Los caballeros se preguntaban de quién podía ser esa voz mientras veían como figuras doradas caían sobre las casas de los caballeros. Eran los habi-tantes de Olimpo que servían a Zeus y que se estaban apropiando de las casas de Géminis, Virgo, Libra, Acuario, Piscis y la sala del patriarca. –“Seiya, toma la espada de Hades. Debo sellarla para evitar que caiga en las manos de Zeus o de alguna otra persona. Por favor, alguno de ustedes caballeros quédese junto a Shun hasta que se recupere. A los de-más debo pedirles que me acompañen a una lucha más. Una lucha para evitar que Zeus tome el supremo control del mundo según la profecía.” Dijo Atenea. –“¿Profecía?” pre-guntaron todos. A lo que Saori respondió: –“Sí. Como sabrán, Cronos, padre de Zeus, Poseidón y Hades fue derrotado por sus tres hijos que lograron escapar de su terrible desti-no de ser devorados por su padre. Para derrotarlo, se requirió de la espada de Hades, el tridente de Poseidón y el hacha de Zeus para perforar su armadura. Una vez muerto Cro-nos, los tres Dioses mayores se dividieron los reinos del cielo, el mar y el mundo de los muertos, dejando a la tierra como terreno neutral para los demás dioses, en especial los hijos de Zeus. Los tres accedieron a respetarse hasta el día en el que alguno de los tres mu-riera y los otros pudieran pelear por el control absoluto del universo. Ahora que la forma física de Hades a muerto y que Poseidón a sido vencido, Zeus ha venido a tomar control absoluto de la tierra. Eso es algo que no podemos permitir. Por eso les pido que me acom-pañen. Me gustaría poder hacer esto sin involucrarlos, pero los caballeros de oro han muer-to y ustedes son los últimos caballeros de Atenea.” Los caballeros interrumpieron a Saori con frases semejantes a la siguiente: -“No te preocupes Saori, estamos para servirte y sa-bemos que no nos harías pelear a menos que fuera necesario.” Atenea sonrió mientras una lágrima de alegría corría por su rostro.
Shiryu, Seiya y Hyoga se encaminaron junto con Atenea hacia las doce casas mientras que Ikki, quién se había ofrecido con cierta pasión a cuidar a Shun, se había quedado atrás con su hermano. En la casa de Géminis, los caballeros del Dragón, el Pegaso y el Cisne, al igual que Saori sintieron el cosmos de un gran adversario pero éste no se presentó. Fue al llegar ha la casa de Virgo que un guerrero de armadura dorada que sujetaba una espada se apareció frente a ellos evitando su progreso

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Episodio 2: Las Tres Espadas de Zeus

El guerrero se presentó frente a ellos con el nombre de Baran. Uno de los tres guardianes de las espadas de Zeus. –“Atenea, tu tienes libre paso a través de las doce casas, pero uno de tus caballeros deberá permanecer aquí a luchar contra mí si quieren pasar.” Dijo Baran. Shiryu fue el primero en ofrecerse para luchar, pero a sus espaldas se escuchó una voz fa-miliar que le dijo que eso no sería necesario. Era Ikki. El Fénix se ofreció a defender la casa de Virgo. Los caballeros aceptaron la oferta, pero antes de partir Hyoga le preguntó a Ikki sobre el paradero de Shun. –“Mi hermano está defendiendo la casa de Géminis contra el caballero Koros. Andrómeda lo sujeto lo suficiente para que yo pudiera alcanzarlos.” -“Ya veo,” contestó pegaso. “Entonces los seis nuevamente estamos peleando juntos. Saori esas son buenas noticias.” Atenea asintió con la cabeza y con una sonrisa mientras abando-naba la casa de Virgo con sus caballeros.
En la casa de Géminis, mientras tanto, Koros le explicaba a Andrómeda que el era el guar-dián de las estrellas, a las cuales comandaba con su báculo. Shun, como de costumbre, le dijo al caballero que de ser posible preferiría no pelear pero de tener que hacerlo lo haría. Koros se rió del comentario sentimental de Andrómeda y le dijo que a golpes le quitaría lo sentimental de ser necesario, pues él no disfrutaba luchar contra gente débil y sentimental. El primer ataque de Koros fue un rayo de energía disparado de forma directa desde la punta de su báculo pero fue repelido por la nebulosa de Andrómeda. –“Así que esa es la famosa cadena de Andrómeda. Ciertamente te ha protegido bien, pero me pregunto si podrás evitar mis ataques para siempre.” Dijo Koros mientras comenzaba a circular a Shun atacando en todas las direcciones. Andrómeda continuó con su sistema de defensa hasta que su oponen-te se desesperó. –“Esta bien caballero, admito que no pensé que tuviera que llegar a usar mi poder principal contra ti, pero tengo otros caballeros que ir a matar. Así que prepárate para recibir la Lluvia Estelar.” Advirtió Koros mientras aumentaba su cosmos hasta el pun-to en el que a su báculo le salieron alas que concentraban el poder de las estrellas en todas las direcciones del universo para liberarlas al mismo tiempo contra su oponente. Shun utilizó la defensa nebular pero la cantidad de rayos y la velocidad de los mismos era tal que no pudo detenerlos todos. El ataque continuó hasta que Shun quedó rendido en el suelo.

El cisne, el pegaso y el dragón junto con Atenea llegaron a la casa de Libra donde encontra-ron a otro oponente que se presentó como Arimaspe, otro de los guardianes de las espadas de Zeus. Éste le repitió a Saori las condiciones para pasar por las doce casas y nuevamente el dragón fue el primero en ofrecerse en luchar contra el caballero, pero en esta ocasión dijo que no aceptaría un no por respuesta pues el caballero de Zeus deshonraba la casa de su maestro y eso era algo que no podía permitir. Los demás caballeros siguieron su camino. Shiryu estaba preparándose para combatir cuando sintió una gran cosmoenergía provinien-do de la casa de Virgo. –“¿Qué es esta energía? Me preguntó si Ikki estará bien.” Dijo Shiryu. A lo que Arimaspe respondió: -“Lo que sientes es el poder de uno de los espada-chines de Zeus en combate. Ciertamente las armaduras que usan en este momento los pro-tegen mejor que las armaduras doradas por lo cual no me sorprende que no mueran en el primer ataque, pero el Fénix y tú pronto descubrirán el terror de luchar contra las espadas de Zeus. Ahora deja de preocuparte por los otros y recibe mi ataque. ¡Espada Divina!” La espada divina era una onda de energía cortante, semejante al ataque del caballero de Capri-cornio. Shiryu recibió el impacto y salió proyectado fuera de la casa de Libra.
El Fénix, mientras tanto, había recibido un impacto similar de Baran pero se había reincor-porado y estaba listo para seguir luchando. –“Eres fuerte, pero no voy a perder.” Dijo Ikki mientras convocaba su ataque de Fénix. Baran fue impulsado contra el techo pero bloqueó el puño del Fénix con su espada, la cual no recibió ni un rasguño por el ataque. –“Esto no es posible,” dijo Ikki. A lo que su rival respondió: -“No te sorprendas. Nadie ha podido siguiera rasgar nuestras armaduras y mucho menos una de las espadas divinas. Ahora es tu turno de recibir un verdadero ataque. ¡Espada Divina!” La espada divina de Baran golpea-ba directamente el sistema nervioso de una persona inmovilizando la extremidad afectada. El ataque se impacto contra la mano izquierda de Fénix paralizándola por completo. –“¿Qué es esto?” Preguntó Ikki. “No puedo mover mi mano.” A lo que su rival contestó: -“Mi espada puede quitarte tus sentidos poco a poco o tan rápido como yo quiera. Pero eventualmente mi rayo te golpeará el corazón y éste se detendrá. ¿Estás listo?” Entonces Baran retomó su ataque.
Los demás caballeros junto con Saori llegaron a la casa de Acuario donde encontraron una espada clavada en el suelo, la cual se rodeó rápidamente de un cosmos del cual surgió Bo-reen, el tercer y último espadachín de Zeus.

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Episodio 3: El Mensajero del Mar

Hyoga se ofreció para defender la casa de su maestro Camus de la presencia del guerrero de Zeus. Seiya y Saori aceptaron y continuaron su camino. Boreen le preguntó a Hyoga si había algo que le gustaría recordar antes de perder la vida. –“¿Qué clase de pregunta es esa?” contestó el cisne. –“Fácil.” Respondió Borren. “Mi espada divina ataca directa-mente los recuerdos más queridos de una persona. Así que si existe algún recuerdo que quieras llevarte a la tumba será mejor que me lo digas ahora.” Hyoga no podía creer lo que escuchaba y se preparó para usar su ataque de Aurora Boreal cuando un rayo de energía golpeó su mente. Hyoga se encontró de repente frente a su maestro Camus. –“¿Camus?” dijo Hyoga. “No es posible.” Entonces escuchó la voz de Boreen que habla directamente a su cosmos. –“Cisne Hyoga, creo que ya estás familiarizado con esta técnica. Es parecía a la que el ángel del viento empleó contra ti. La única diferencia es que yo no puedo morir tan fácilmente, por lo cual disfrutaré viendo como destruyes tus recuerdos sin lograr vencerme.” -“Eso no es cierto... Camus perdóname si olvido tu rostro, pero lo que siento por ti nunca desaparecerá. ¡Ejecución de Aurora!” El ataque destruyó el recuerdo de la imagen de Camus pero la espada de Boreen detuvo el ataque sin problema. –“Esto no puede estar pasando.” decía Hyoga. –“Te lo advertí cisne. ¿Ahora, qué otro personaje quisieras olvidar?... Ya lo sé.” Entonces un segundo ataque de la espada divina de Boreen golpeó la cabeza del cisne e hizo aparecer frente a él la imagen de su maestro de cristal. –“No puedo hacerlo... no quiero hacerlo” Decía Hyoga. –“De acuerdo Hyoga. En el momento en el que quieras rendirte solo dilo y con gusto cortaré tu cabeza.” Respondió Boreen.
En la casa de Libra, el dragón descubrió que su hombro izquierdo estaba sangrando por el impacto de la espada de Arimaspe. –“¿Cómo es esto posible si mi armadura no muestra un solo rasguño?” Preguntaba Shiryu. A lo que su rival contestó: -“Mi espada divina no es un ataque físico ordinario. Ésta ataca directamente la conexión nerviosa del oponente; y ya sabes que lo que la mente siente el cuerpo lo hace real. Será interesante ver que tanto tiempo puedes evitar mis ataques. ¡Espada Divina!” Los ataques de Arimaspe golpearon uno a uno el brazo derecho, la pierna izquierda, el tobillo derecho y el costado derecho de Shiryu. Arimaspe detuvo su ataque un momento para acercarse a ver si su rival había muerto. En ese momento Shiryu invocó a su dragón naciente, el cual fue capaz de tumbar la espada divina de las manos de Arimaspe, pero sin causarle daño alguno a éste.
En la casa de Virgo, la espada divina de Baran le quitó a Fénix la habilidad de mover su pierna izquierda al igual que el brazo derecho. El siguiente disparo fue lanzado contra el corazón de Ikki; pero éste no detuvo su corazón. Lo que hizo fue quitarle el sentido del gusto; y el ataque consecutivo le quitó el sentido del olfato. Shun, en la casa de Géminis, podía sentir como el cosmos de su hermano estaba desapareciendo. Preocupado por ello, decidió pelear en serio. Se puso de pie y llamó a su cadena cuadrada para usar el golpe relámpago. Koros fue sorprendido por el ataque mas consiguió defenderse con su báculo; sin embargo, no logró evitar que la cadena golpeara su cabeza y sacará volando su casco. Shun usó su otra cadena para golpear la mano derecha del guerrero de Zeus haciéndole tirar su báculo. Comprendiendo el peligro, Koros elevó su cosmoenergía hasta que se esparció por todo la casa de Géminis. Andrómeda no titubeó en recoger su cadena cuadrada y volver a usar su golpe relámpago; pero esta vez la cadena no pudo golpear a Koros, quien des-apareció al momento en el cual la cadena golpeó su imagen. –“¿Cómo es esto posible?” Preguntó Shun. A lo que Koros respondió: -“Es cierto que tu cadena puede encontrar a tu oponente en cualquier lugar del universo; pero ¿será lo suficientemente rápida para golpearme? Acéptalo Andrómeda. Eres fuerte, pero yo soy más.” -“Eso no puede ser. ¡Gol-pe Relámpago!” Shun siguió usando su ataque, pero la velocidad de Koros superaba la de la cadena.
Atenea y Pegaso llegaron a la casa de Piscis mientras todo esto ocurría. Ahí se toparon con un guerrero revivido por Zeus, el caballero de Orfeo. Éste hizo con Atenea el mismo trata que los demás guerreros. Pegaso accedió a quedarse a pelear con él cuando fue interrumpido por una voz familiar. Era Sorrento de Saren, quien añadió lo siguiente: -“En nombre del señor Poseidón yo me quedaré a pelear contra él.” Esto desconcertó a todos los presente.

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Episodio 4: Los Dos Espadas de Atenea

Sorrento le dijo a Atenea la siguiente historia: -“El día en que el señor Poseidón mandó las armaduras doradas a Eliseo para ayudar a los caballeros también me pidió que mandará a la guerrera de la sirena, Thitys, a su templo en el fondo del mar por el jarrón en el cual des-cansaba su alma encerrada por ti. Mientras tanto, me pidió que los asistiera en esta batalla. Yo soy Sorrento de Saren, el último de los generales del templo del mar. Orfeo, yo seré tu oponente. Pegaso, Atenea, continúen su camino.” Seiya y Saori siguieron su camino. Sei-ya le preguntó a Saori si lo que Saren había dicho era verdad, a lo que ella respondió: -“Sí Seiya. Julián Solo, la reencarnación de Poseidón en persona nos ayudó en la pelea contra Hades; y es también quien tiene un duelo importante contra mi padre en esta profecía. Lo que desconozco son sus intenciones. Pero ahora no tenemos tiempo para pensar en eso.”
En la casa de Géminis, Koros seguía utilizando su velocidad y su cosmos para esconderse de la cadena de Andrómeda. Eventualmente comenzó a atacar con su Lluvia Estelar. Shun se defendía con su cadena rodante mientras su cadena cuadrada seguía buscando a Koros. La velocidad de los ataques de Koros seguía logrando vencer la velocidad de la nebulosa de Andrómeda; sin embargo, Shun no se rendió. Comenzó a elevar cada vez más su cosmos hasta que la nebulosa comenzó a girar a la misma velocidad de la luz, bloqueando todos los ataques de su contrincante. –“Esto no puede estar pasando. Nadie puede bloquear todas las estrellas del universo.” Decía Koros. –“No solo mi defensa se ha vuelto perfecta.” Dijo Shun. “Ahora también verás el supremo poder de mi cadena. ¡Relámpago Luminoso!” Al sonido de la voz de Shun su cadena cuadrada se elevó en línea vertical y se partió en mu-chos rayos que viajaban a la velocidad de la luz. Koros logró escapar de tres golpes de la cadena, pero el cuarto finalmente logró golpearlo y romper la parte superior del báculo de Koros. –“Esto no puede ser. Andrómeda no puede haber roto una de las armaduras divinas de Zeus.” -“Caballero Koros, ya no tienes forma de ataque. No tengo interés en tu vida, así que vete del santuario y no vuelvas más.” -“Andrómeda, no te daré el gusto de verme des-honrado.” Entonces Koros tomó su báculo y al igual que un Samurai, se lo enterró en el corazón a sí mismo. Aterrado, Shun no podía creer lo que acababa de ver, pero recordó que sus amigos lo necesitaban y se apresuró hacia la sala del gran patriarca.
En la casa de Virgo, Ikki recordó su encuentro contra Shaka y lo que había aprendido sobre como el séptimo sentido podía reanimar los sentidos perdidos, así que elevando su cosmos, consiguió llamar nuevamente a su ataque de Fénix, el cual golpeó a Baran contra varias columnas de la casa. A pesar de que Baran sangró por el impacto final que Ikki le dio en el estómago, la armadura divina protegió al espadachín del impacto fatal. –“Esto no es posi-ble, aunque mi cosmos se haya elevado hasta el límite no puedo acabar con el guerrero de Zeus.” Decía el Fénix. –“Así es guerrero de Atenea. Mi armadura divina no puede ser rota por un simple golpe.” -“Saori, por favor ayúdame.” Pidió Ikki. Entonces, de la cons-telación de Libra que iluminaba sobre la casa que la representaba surgieron dos espadas de fuego que cubrían las dos espadas doradas de la armadura de libra. Una de ellas viajó hasta las manos de Fénix, quien la tomó con asombro y observó como la espada crecía hasta igualar la espada de Baran. El guerrero de Zeus, recordó que Zeus en persona le había dicho una vez a todos los espadachines que existían otras espadas capaces de igualar el poder de las de ellos, y que dos de ellas estaban en manos de Atenea. Después, el espadachín se preguntó: -“¿Será posible que Fénix tenga en su mano una de las espadas de Atenea? No importa, le cortaré la cabeza antes de que pueda utilizarla.” Baran embistió a Ikki, quien sintió en la espada la protección de Saori y entendió que era ella quien le enviaba la espada. Ikki se agachó para evitar el ataque de Baran y de rodillas brincó para clavarle la espada en el pecho a su rival. La espada de libra se tornó en pura cosmoenergía y acabo con uno de los espadachines de Zeus sin tener que romper la armadura. Ikki agradeció a Atenea su ayuda y se apresuró hacia la casa de Libra tomando la espada de su adversario con él.
En la casa de Libra, Shiryu recibió la otra espada de Atenea y se preparó para luchar contra Arimaspe; sin embargo, el problema con dragón era que no podía acercarse a su rival sin que éste le causará una herida profunda con su espada. Ciertamente Shiryu se defendía con la espada que había recibido pero sus heridas no le permitían moverse con la misma agili-dad que su rival. –“¿Qué puedo hacer?” se preguntaba dragón. “No puedo acercarme para atacarlo y mi cuerpo está a punto de hacerse pedazos.” Entonces, un ataque de la espada divina se dirigía hacia su cabeza y por instinto Shiryu se cubrió con el nuevo escudo de la armadura de dragón, el cual fue capaz de detener por completo el golpe. Sorprendidos tan-to el caballero del zodiaco como el caballero de Zeus, Shiryu comenzó a entender que había una forma de vencer a Arimaspe. Dragón corrió con el escudo por delante y en su mano derecha sujetando la espada. Finalmente, Arimaspe usó la espada divina contra el escudo de Dragón y bajó la guardia tras el último ataque. Shiryu dio un giro completo y acabo con la vida de su contrincante quien no pudo defenderse. Agradecido con Atenea y con su maestro, Shiryu se llevó ambas espadas y se dirigió hacia la sala del patriarca.

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